El videoarte político no está reñido con la ironía y el folclor. Al menos, según el punto de vista de Martín Sastre (Montevideo, 1976), en cuyas piezas se fusiona cultura popular de los ochenta con temas sociales y políticos y dosis de humor. Sastre está de multiestreno. Mientras presenta Glow in the dark, su colaboración con la firma EBP en las semanas de la moda de París y Berlín, remata su última pieza, Fiebre, para mostrarla en el expositor de la Galería Oliva Arauna en Arco. Una pieza protagonizada por Alaska y la ex estrella porno Nacho Vidal que es al tiempo un homenaje a la actriz argentina de los sesenta Isabel Sarli. Una preproducción larga y un rodaje de dos días: "Muy divertido. Las pelis de Sarli son muy artificiales, el proyecto se basa en la artificialidad, con audio en off, hablan telepáticamente. El equipo no se lo podía creer", cuenta.
Sarli fue pionera en desnudos frontales e integrales, Armando Bo, su amante, la dirigía. "Eran pelis muy bizarras, ella tenía tetas gigantes, iba vestida con nada, se titulan Carne, Fuego, Furia... El vídeo se llama Fiebre porque Nacho cría caballos y la historia trata de uno llamado así del que Olvido se enamora". Se trata, por tanto, de una ficción, como lo fueron Diana, The Rose conspirancy (2005), Freaky Birthday (2006) o su premiado Nadia walks with me, basado en Fuego camina conmigo (David Lynch) sobre la comunidad rumana en Madrid, donde es un fantasma de un chapero rumano que no sabe que está muerto. Estas piezas tienen en común que están protagonizadas por el propio Sastre, Sebastián Dubé edita, Jean Franco Capolino es cámara, participa su familia y el imaginario está plenamente impregnado de la cultura popular . "Con eso crecí; me pasaba el día yendo a alquilar muchas películas y apareció la MTV".
"Desde que tengo memoria quise ser artista", señala Martín Sastre. Estudió cine mientras iba al colegio, y siendo en aquella época un excelente estudiante de Arquitectura, lo dejó.
En 2000 lo invitaron a exponer en Nueva York y en Fundación Telefónica. "Hubo toda una generación de artistas latinoamericanos que empezó entonces", afirma. El punto de inflexión fue una beca en Madrid. "En el momento exacto, al lugar exacto. Era director de la terraza de Casa de América, se convirtió en centro de todo y no tuve que salir a conocer a nadie".
Surgió su Trilogía latinoamericana (2003). En la primera parte, Video Art, the iberoamerican legend un narrador congelado despierta en 2492 y cuenta cómo los artistas de allá salvaron el mundo. "El problema es que con 15 minutos no tuve suficiente para contarlo...", recuerda. Y surgió: Montevideo the dark side of the pop y Bolivia 3 Confederation next... "En la Casa de América confluían intelectuales, artistas, políticos y diplomáticos de toda Latinoamérica, empecé a tener una visión panamericana. El día que llegué, me abrió Mario Vargas Llosa, pensé que era el portero", recuerda. Por si fuera poco, encabeza la irónica Fundación Martín Sastre con sus programas Adopte un artista latinoamericano, surgido de la necesidad real de conseguir financiación, y Sea usted un artista latinoamericano, en torno a tres creadoras alemanas provenientes de la Bauhaus que fueron becadas para sobrevivir y trabajar en Uruguay con 100 dólares al mes.
Sarli fue pionera en desnudos frontales e integrales, Armando Bo, su amante, la dirigía. "Eran pelis muy bizarras, ella tenía tetas gigantes, iba vestida con nada, se titulan Carne, Fuego, Furia... El vídeo se llama Fiebre porque Nacho cría caballos y la historia trata de uno llamado así del que Olvido se enamora". Se trata, por tanto, de una ficción, como lo fueron Diana, The Rose conspirancy (2005), Freaky Birthday (2006) o su premiado Nadia walks with me, basado en Fuego camina conmigo (David Lynch) sobre la comunidad rumana en Madrid, donde es un fantasma de un chapero rumano que no sabe que está muerto. Estas piezas tienen en común que están protagonizadas por el propio Sastre, Sebastián Dubé edita, Jean Franco Capolino es cámara, participa su familia y el imaginario está plenamente impregnado de la cultura popular . "Con eso crecí; me pasaba el día yendo a alquilar muchas películas y apareció la MTV".
"Desde que tengo memoria quise ser artista", señala Martín Sastre. Estudió cine mientras iba al colegio, y siendo en aquella época un excelente estudiante de Arquitectura, lo dejó.
En 2000 lo invitaron a exponer en Nueva York y en Fundación Telefónica. "Hubo toda una generación de artistas latinoamericanos que empezó entonces", afirma. El punto de inflexión fue una beca en Madrid. "En el momento exacto, al lugar exacto. Era director de la terraza de Casa de América, se convirtió en centro de todo y no tuve que salir a conocer a nadie".
Surgió su Trilogía latinoamericana (2003). En la primera parte, Video Art, the iberoamerican legend un narrador congelado despierta en 2492 y cuenta cómo los artistas de allá salvaron el mundo. "El problema es que con 15 minutos no tuve suficiente para contarlo...", recuerda. Y surgió: Montevideo the dark side of the pop y Bolivia 3 Confederation next... "En la Casa de América confluían intelectuales, artistas, políticos y diplomáticos de toda Latinoamérica, empecé a tener una visión panamericana. El día que llegué, me abrió Mario Vargas Llosa, pensé que era el portero", recuerda. Por si fuera poco, encabeza la irónica Fundación Martín Sastre con sus programas Adopte un artista latinoamericano, surgido de la necesidad real de conseguir financiación, y Sea usted un artista latinoamericano, en torno a tres creadoras alemanas provenientes de la Bauhaus que fueron becadas para sobrevivir y trabajar en Uruguay con 100 dólares al mes.
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