martes, 25 de septiembre de 2012


Antología de Cali River (parte 69 de 71)
                                                                                                                                          

Mayolo, el cineasta

Sólo el químico puede decir, y no siempre el químico,
qué resultará de combinar
dramas o documentales.
¿Y quién puede saber
cómo van a reaccionar uno con otro
un hombre y un hombre y un hombre y un hombre y una mujer
o que revistas saldrán?
Ahí estaban Andrés Caicedo y su “novia”,
buenos en sí mismos, pero nocivos el uno para el otro:
ella oxígeno, él bomba de hidrógeno,
su hijo nunca nacido, un ruego devastador.
Yo, Mayolo, el cineasta, un mezclador de químicos,
muerto mientras hacía un experimento,
vivir la vida sin levantarme.

El Loco Guerra

Si hubiera vivido otro año
podría haber terminado mi máquina de insultar
y haberme hecho rico y famoso.
Por eso está bien que el hombre
que fritó una torcaza para mí
la hiciera parecerse más a un pollo.
Porque, ¿qué es todo sino salir del cascarón
y andar por las calles caleñas de un lado al otro
hasta el día del matadero?
¡Salvo que el loco tiene la mente de un loco
y ve el desprecio desde el principio!

lunes, 17 de septiembre de 2012


El contrato Por Juan Carlos Onetti


“El autor declara no ser genio literario, y en consecuencia no incurrirá en ningún tipo de ingenio que pretenda confundir a la editorial y a los lectores respecto a la declaración jurada que antecede.
El autor se compromete a dar fiel cumplimiento a la promesa de escribir una novela tan explosivamente revolucionaria que pueda ser leída sin deslomamiento intelectual por cualquier incauto comprador, sea macho, hembra o andrógino.
El autor se compromete a no emplear subproductos de técnicas literarias construidas en el infinito pasado por escritores europeos o yanquis.
El autor se compromete a escribir una novela carente de trucos, grandilocuencia y engañabobos.”

(Borrador encontrado entre los manuscritos de "Dejemos hablar al viento")