“Un 10 por ciento de la población cubana está en la diáspora y el pronóstico para los años venideros no apunta a un panorama diferente. Quizás sea esta estadística la prueba más rotunda de una revolución que prometió adecentar la patria para hacerla un lugar de confluencias para todos los cubanos que habían marchado al exilio. Desde los días previos a sus combates en la Sierra Maestra, Fidel Castro tenía claro que escapar de un país constituye un incuestionable signo del desencanto ciudadano y así lo expresó en un artículo publicado en el periódico La Calle, el 17 de junio de 1955: "¡A qué grado de rebajamiento moral, de desenfreno y de odio mezquino se ha llegado! Si las cosas siguen en Cuba como van, no nos quedará más remedio que disponernos a morir, o ir buscando un lugar del mundo a donde emigren todos los cubanos, porque aquí no se puede ya vivir''. (El Nuevo Herald, Miami)