Dos viejos cantantes se reúnen después de varios años para honrar la memoria de un tercero, Marcus Hooks, leyenda del soul, muerto ya. Los dos cantantes sobrevivientes son Samuel L. Jackson y Bernie Mac, The real deal. Samuel L. Jackson ha llegado a un punto tal de su carrera que le basta con ser él mismo para actuar. Me explico: le basta con imitarse a sí mismo; el hombre es una caricatura andante que recuerda a otro actor, por casualidad él mismo, llamado Samuel L. Jackson. En cuanto a Bernie Mac, bueno, el hombre está recién muerto y verlo actuar, cantar, reír y llorar aquí en esta película de Malcolm D. Lee (2008) es ciertamente difícil. En cuanto a la historia, eso es otra historia: las leyendas, aun las del soul, mueren y una extraña comedia como esta en la que se repite la palabra motherfucker hasta la náusea, no agrega ni quita nada a su recuerdo. ¿O sí? Seré justo: una cosa pensaba yo antes de ver rodar los créditos y otra, distinta, después. ¿Salvan los créditos finales a una película? Véanlos. Hablamos.