viernes, 9 de enero de 2009

Una carta de Carl G. Jung

A James Joyce:
Dear Sir, su Ulises le ha planteado al mundo un problema psicológico tan perturbador que más de una vez me han consultado al respecto como presunta autoridad en materia psicológica. Ulises resultó ser una nuez sumamente dura y ha obligado a mi mente no solo a los esfuerzos más inusuales, sino también a peregrinaciones igualmente extravagantes (¡y eso desde el punto de vista de un científico!). Su libro me generó problemas interminables y me hizo pensar cerca de tres años antes de conseguir sumergirme en él. Debo decirle no obstante que le estoy plenamente agradecido a usted y a su gigantesco opus: aprendí mucho de él. Probablemente, nunca estaré totalmente seguro de haberlo disfrutado pues significó demasiado agotamiento de nervios y de materia gris. Tampoco sé si se sentirá complacido con lo que escribí sobre el Ulises, pues no he podido hacer otra cosa que decirle al mundo cuánto me aburrió, cuánto rezongué, cuánto insulté y cuánto lo admiré. Las 40 páginas sin pausa del final son una seguidilla de auténticas maravillas psicológicas. Supongo que la abuela del diablo ha de saber lo mismo de la verdadera psicología de una mujer, yo no. Bueno, trato simplemente de recomendarle mi pequeño ensayo, como un intento divertido de un perfecto extraño que se perdió en el laberinto de su Ulises y que pudo salir por pura suerte. En cualquier caso, por mi artículo podrá saber qué le hizo su Ulises a un psicólogo supuestamente equilibrado.
Zurich, 27.9.1932