“Introduce un poco de anarquía. Trastorna el orden establecido y todo se vuelve un caos”, le dice el Guasón (Heath Ledger) a lo que queda de Harvey Dent (Aaron Eckhart) en su cama de hospital. Hablo de “The dark knight” de Christopher Nolan (2008), esa larga, hermosa, exagerada y aterradora reflexión sobre la naturaleza del mal y del caos, sobre la decencia en tiempos indecentes. Cuando uno ve a Christian Bale, Michael Caine, Gary Oldman, Morgan Freeman, Heath Ledger, Aaron Eckhart y Maggie Gyllenhaal en acción, ¡uno sabe que el Guasón tiene toda la razón cuando critica las prácticas de los “maniobreros”! ¡Y sabe que Hollywood no se detendrá ante nada ni nadie pues la moral no es su asunto! ¡Se trata de vender! ¡Se trata de no tener reglas! Así las cosas, con un reparto como ese, con un tema como ese, con un director como ese y con unas palabras proféticas como esas, nadie debió sorprenderse con la noticia de la muerte de Ledger.
Hace años, Arthur Machen escribió lo siguiente: “Todos pensamos que el hombre que nos hace daño a nosotros o a nuestros vecinos es un hombre malo. Y lo es desde el punto de vista social. ¿Pero no podéis comprender que el Mal, en su esencia, es una cosa solitaria, una pasión del alma? El asesino corriente, como tal asesino, no es en modo alguno un pecador en el verdadero sentido de la palabra. Es sencillamente una bestia peligrosa, de la que debemos librarnos para salvar nuestra piel”.
Hace años, Arthur Machen escribió lo siguiente: “Todos pensamos que el hombre que nos hace daño a nosotros o a nuestros vecinos es un hombre malo. Y lo es desde el punto de vista social. ¿Pero no podéis comprender que el Mal, en su esencia, es una cosa solitaria, una pasión del alma? El asesino corriente, como tal asesino, no es en modo alguno un pecador en el verdadero sentido de la palabra. Es sencillamente una bestia peligrosa, de la que debemos librarnos para salvar nuestra piel”.
Y así fue como Hollywood se libró del Guasón para siempre.