Es una de las películas más conmovedoras que he visto en un buen tiempo. Aun sus defectos, que los tiene, tienen un cierto aire de virtud que deja al espectador con muchas preguntas en la cabeza. Valiente, lúcida, incómoda, XXY (2007) de Lucía Puenzo conmueve y deja muy en alto el nombre del cine argentino.