"La forma está muerta" y buena parte de esta película sobre la Norteamérica de 1963 también lo está: adolescentes solitarios, espías, esposos traicionados, hijos muertos, alcoholismo, drogas, presidentes, amantes, traiciones, romances, besos franceses, dientes rotos, asesinatos; nada nuevo bajo el sol. La única que parece estar viva y coleando es Gretchen Mol.