lunes, 27 de julio de 2009

Hasta que la vida nos separe

F. Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway fueron amigos y luego enemigos. Lo mismo se puede decir de Herman Melville y Nathaniel Hawthorne; amor, odio. Hay trío: Tolstoy, Dostoevsky y Turgenev. En 1861, Dostoevsky retó a un duelo a Turgenev. Arthur Rimbaud y Paul Verlaine fueron amantes y terminaron detestándose, disparo incluído. Hay más: Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Y así llegamos, finalmente, a la cocina criolla: Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, golpe incluído. Desde hace 30 años no se hablan.