“Ahora vivimos rodeados por tecnologías invisibles y por cambios secretos en nuestra psicología. Los cambios que tuvieron lugar durante los años ’60 estaban ahí afuera, eran cambios frontales. Los que están teniendo lugar ahora son mucho más difíciles de leer y, también, mucho más radicales... La experiencia humana parece estar, silenciosamente, mudándose a otro planeta... Yo estoy esperando el surgimiento de una nueva religión exclusiva de la red en la que la gente se sentará frente a sus monitores como si se trataran de confesionarios y adorará a otro dios invisible”.