
El artista creó especialmente su figurita, de color dorado y con brazo en alto, para una exposición realizada en la ciudad belga de Gante, integrada por 700 enanos con el saludo hitlerano. Con ello, Hörl pretendía presentar a los nazis no como los prototipos de hombres altos, rubios y heroicos con que Adolf Hitler sustentó sus teorías sobre la superioridad de la raza aria, sino como enanitos de jardín más bien ridículos. La exposición derivó en una denuncia ante la fiscalía por considerarlo presuntamente anticonstitucional.