El músico alemán Karlheinz Stockhausen falleció el pasado miércoles a los 79 años en la localidad de Kürten-Kettenberg, cerca de Colonia (oeste de Alemania). El artista cultivó ante todo la música de vanguardia y está considerado como uno de los compositores más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Stockhausen provocó un escándalo en 2001 al calificar los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York como "la máxima obra de arte que se haya producido jamás". No obstante, antes de esas declaraciones, que lo convirtieron en blanco de críticas, Stockhausen no se había destacado por declaraciones explosivas, sino por ser el autor de una música que se convirtió en un símbolo de ruptura con los modelos clásicos de la música culta. Stockhausen nunca abandonó los instrumentos tradicionales, los combinó siempre con recursos propios de las nuevas tecnologías. El compositor alemán estudió primero en Bonn Ciencias de la Comunicación y Fonética, carrera que en la universidad de esa ciudad alemana está centrada en el uso y las posibilidades de las nuevas tecnologías. Luego Stockhausen viajó a París donde, en 1952, fue discípulo del compositor Oliver Messiaen, una de sus primeras influencias importantes al lado de Anton Weber. Al regresar a Alemania, en 1953, Stockhausen participó en la fundación del Estudio de Música Electrónica de Colonia. Ese estudio fue importante también para otros cultivadores de la música electrónica, como fue el caso de John Cage. La obra de Stockhausen tiende a mezclar los recursos de la música tradicional con los de la electrónica. Así, por ejemplo, en Gesang der Jünglinge (1956) la voz de un joven se mezcla con sonidos electrónicos que salen a través de cinco altavoces independientes. Stockhausen tuvo su momento de mayor prestigio en la década de los 70, pero posteriormente siguió produciendo obras significativas como Stimmung (1986) en la que seis voces exploran durante setenta minutos las diversas posibilidades de un sólo acorde. Stockhausen compuso 362 obras que están recogidas en 139 CD.
Vano intento por cantar en español el mejor verso de Dylan: “The ghost of electricity howls in the bones of her face” (“El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro”), periodismo de escritorio, caspa narrativa, literatura para leer en los paraderos, radio pirata & portátil, discos rayados, consejos para llegar a La Nada, comentarios varios, digresiones en orden alfabético, abrazos, besos; el último que salga, que cierre la puerta y apague la luz.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario