La pregunta de Antanas debería hacerse con más frecuencia en todos los escenarios de la política y de manera escalonada desde la levedad a la gravedad de los ejemplos. El ejercicio llevaría a numerosas y comprometedoras preguntas de orden ético y legal, las mismas que, por ejemplo, debe de estar formulando la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia a los investigados por la 'parapolítica'. Es muy probable que las respuestas más sinceras de algunos investigados pretendan ofrecer como atenuante el argumento del "mal menor". No pretendo comparar la ligereza insostenible de Moreno Rojas con la turbia trama política de los procesados por la Corte. Por desgracia para la salud de la especie humana, la política no es el arte de la sinceridad. Pero, ¿fue sincero el candidato del Polo? Seguramente lo fue. ¿Cuáles hubieran sido las respuestas de Vinasco y Peñalosa a idéntica pregunta? ¡Uff!
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