Veo una costumbre bastante perversa de hacer del colombiano un soñador. El gobierno, las empresas privadas, a través de los medios de comunicación, dicen: “el colombiano debe soñar una patria nueva, un futuro mejor; el colombiano debe soñar la paz...” ¡Qué diablos! Se va a convertir en un soñador encerrado en una habitación soñando con cosas que nunca van a llegar.
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