domingo, 12 de abril de 2009

Un poema de Mario Rivero: Un habitante

Este hombre no tiene nada que hacer
sabe decir pocas palabras
lleva en sus ojos colinas y siestas en la hierba
Va hacia algún lugar con un paquete bajo el brazo
en busca de alguien que le diga "entre usted"
después de haber bebido el polvo
y el pito largo de los trenes
después de haber mirado en los periódicos la lista de empleos
No desea más que donde descansar uno-por-uno-sus-poros
Hay tanta soledad a bordo de un hombre
cuando palpa sus bolsillos o cuenta los pollos asados en los escaparates
o en la calle los caballitos que fabrica la lluvia feliz
Y dentro en la tibieza las bocas sonríen a la medianoche
algunas se besan y atesoran deseos
otros mastican chicles y juegan con sus llaves
crecen los bosques de ídolos
y el cazador cobra su mejor pieza