Jonathan Demme entierra, de una vez por todas, al caníbal más famoso de todos los tiempos y opta por diseccionar la intimidad de una familia disfuncional, en esta ocasión con la excusa del matrimonio de Rachel, la hija mayor de una pareja de separados. La película ha debido llamarse "Kym regresa de terapia" pues es una estupenda Anne Hathaway la que lleva el tambaleante barco a puerto seguro. Rachel getting married trata de todo lo imaginable sin decirlo apenas: familia, hermandad, racismo, amor, odio, culpa, world music, tolerancia, cultura, sexo, guerra, dolor, expiación, etc. Con tanto por delante, uno entiende que Demme alargue lo que no ha debido haber alargado, pero, por lo mismo, le agradece que se haya tomado el tiempo para repetir que la ropa sucia se lava en todas partes y delante de todas las personas.