Si “la comprensión es la primera gracia del estilo”,
tú la tienes.
La contractilidad es una virtud
como es una virtud la modestia.
No es la adquisición de cualquier cosa
capaz de adornar.
O la cualidad incidental que se da
como concomitancia de algo bien dicho
lo que valoramos en el estilo,
sino el principio oculto:
en ausencia de pies, “un método de conclusiones”;
“un conocimiento de principios”
en el curioso fenómeno de tu cuerpo occipital.