“Mi primer recuerdo en relación con la fotografía no es una fotografía, pero es una imagen que me gusta mucho. Yo era muy pequeño, estaba jugando en un parque de una casa antigua, mi casa, una muy parecida a muchas que hay acá, y vi a mi madre cepillándose el pelo, ella tenía un hermoso pelo largo y se lo estaba peinando frente al espejo. La forma en que se peinaba y se miraba con placer es una imagen muy fotográfica para mí y es muy revisitada en mi mente. Este tipo de gesto ha influido mucho en cómo yo miro a la mujer, y en Mil besos está muy presente. Los gestos femeninos de la vida cotidiana de una mujer o de una artista es algo que siempre me ha encantado buscar, la forma en que una mujer se quita las medias o se pone un pendiente o cómo se pinta los labios, son cosas muy hermosas, muy latinoamericanas, tienen mucha pasión”.