"En un parque de juegos Marilyn lee (quizá por consejo u orden de su entonces esposo, el aburrido dramaturgo Arthur Miller, que luego la deturparía en una infame obra de de teatro) a Joyce, seguramente el Ulises, y como son las últimas páginas es evidente que se trata del monólogo nocturno y erótico de Molly Bloom, que le ha motivado la erección de los pulgares de los pies".