"Uribe convirtió a Colombia en el sapo de América Latina, a sabiendas de que los sapos se quedan solos. Y ahora resultó que sapeó donde no era. En medio del júbilo del mundo entero por el triunfo de Obama, a riesgo de torturar la metáfora zoológica, el sapo está haciendo el oso. Lo están haciendo señaladamente los medios de comunicación uribistas, que, en los meses anteriores a las elecciones estadounidenses, emitían opiniones que resultaban hasta tiernas en su desvalimiento. No era deseable que ganara Obama porque “Para Obama Colombia no es una prioridad”. Como si Colombia pudiera ser prioritaria para alguien allá arriba. “La elección de McCain le convendría más a Colombia”, decían, vergonzantes como todo arribista, sin sentirse dignos de aspirar a aquello que fuera mejor para la humanidad y no sólo para su patrón inmediato".