Ni los achaques ni los abruptos cambios socioculturales han hecho colgar la ruana y el sombrero al poeta costumbrista más importante de Colombia. "No puedo pasar una semana sin subirme a un escenario a declamar los poemas que me generan el calor humano y los aplausos que alimentan mi vida", dice el artista conocido como El Indio Rómulo. Por eso, a sus 76 años y contra todo pronóstico y rumor de retiro, da los últimos retoques a su disco número 12, que saldría el próximo año. Con su particular entonación y su sombrero, bordón, ruana, pañoleta, pantalón arremangado y cotizas, ha recorrido cientos de escenarios en el mundo como embajador de la cultura colombiana.
"Desde los 4 años declamo poesías, pero me decidí por el género costumbrista porque después de que estudié teatro en Bogotá no quería ser uno más del montón. Además, mi pinta de campesino me daba para hacer algo diferente y por eso aquí toy", asegura. Ni el pedo -palabra prohibida para los mojigatos, según él- ha logrado escapar de la irreverencia de Rómulo Augusto Mora Sáenz, que en 1962 pasó de ser 'El Campesino Boyacense' al Indio Rómulo, por sugerencia del presidente Guillermo León Valencia. El campo, la política, la violencia, el amor y hasta la "homosensualidad" hacen parte de su repertorio. "Yo soy y he sido feliz toda mi vida gracias a que Dios me dio este personaje, con el cual he logrado ganarme el aprecio de la gente".
De 153 poemas que este oriundo de Monguí asegura tener memorizados, 20 son de su autoría, entre ellos El Yerbatero, Quereme chinita, Siquiera se murieron los abuelos y Oración al pedo.
Sobre su retiro habla poco, pero afirma que cuando ya no tenga garganta, corazón y no pueda subirse a un escenario, quizás desista: "Mientras tenga el alma llena de sentimiento, continuaré (...) me gustaría morir en un escenario". Ahora tiene admiradoras en Facebook y sus poemas rotan por Internet. Desde hace unos 10 años trabaja en colegios y universidades "Eructando colombianismo salen los jóvenes después de reunirse conmigo", señala orgulloso y con picardía.
"Desde los 4 años declamo poesías, pero me decidí por el género costumbrista porque después de que estudié teatro en Bogotá no quería ser uno más del montón. Además, mi pinta de campesino me daba para hacer algo diferente y por eso aquí toy", asegura. Ni el pedo -palabra prohibida para los mojigatos, según él- ha logrado escapar de la irreverencia de Rómulo Augusto Mora Sáenz, que en 1962 pasó de ser 'El Campesino Boyacense' al Indio Rómulo, por sugerencia del presidente Guillermo León Valencia. El campo, la política, la violencia, el amor y hasta la "homosensualidad" hacen parte de su repertorio. "Yo soy y he sido feliz toda mi vida gracias a que Dios me dio este personaje, con el cual he logrado ganarme el aprecio de la gente".
De 153 poemas que este oriundo de Monguí asegura tener memorizados, 20 son de su autoría, entre ellos El Yerbatero, Quereme chinita, Siquiera se murieron los abuelos y Oración al pedo.
Sobre su retiro habla poco, pero afirma que cuando ya no tenga garganta, corazón y no pueda subirse a un escenario, quizás desista: "Mientras tenga el alma llena de sentimiento, continuaré (...) me gustaría morir en un escenario". Ahora tiene admiradoras en Facebook y sus poemas rotan por Internet. Desde hace unos 10 años trabaja en colegios y universidades "Eructando colombianismo salen los jóvenes después de reunirse conmigo", señala orgulloso y con picardía.