Cuando los familiares del maestro Dióscoro Galindo González y del banderillero Francisco Galadí pidieron al juez Garzón ante el Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional de España que se exhumaran los restos de sus antepasados, algo más simbólico se removió en el camino de esa historia trágica. Junto a ellos reposa Federico García Lorca. Su familia, hasta ahora contraria a remover aquel paraje en busca de los huesos de su tío, es consciente de que esta trágica historia no va a seguir como hasta ahora. El poeta granadino fue asesinado junto al barranco de Víznar, donde yacen también miles de represaliados durante la guerra y la dictadura en Granada, en la madrugada del 18 de agosto de 1936. Los cuatro fueron enterrados sin sepultura. Las investigaciones llevadas a cabo por Ian Gibson para su libro El asesinato de Federico García Lorca señalan el lugar en el que podrían estar los restos, bajo un olivo, junto al barranco en el que hoy existe un parque memorial de todas las víctimas. Vano intento por cantar en español el mejor verso de Dylan: “The ghost of electricity howls in the bones of her face” (“El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro”), periodismo de escritorio, caspa narrativa, literatura para leer en los paraderos, radio pirata & portátil, discos rayados, consejos para llegar a La Nada, comentarios varios, digresiones en orden alfabético, abrazos, besos; el último que salga, que cierre la puerta y apague la luz.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Poeta bajo el olivo
Cuando los familiares del maestro Dióscoro Galindo González y del banderillero Francisco Galadí pidieron al juez Garzón ante el Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional de España que se exhumaran los restos de sus antepasados, algo más simbólico se removió en el camino de esa historia trágica. Junto a ellos reposa Federico García Lorca. Su familia, hasta ahora contraria a remover aquel paraje en busca de los huesos de su tío, es consciente de que esta trágica historia no va a seguir como hasta ahora. El poeta granadino fue asesinado junto al barranco de Víznar, donde yacen también miles de represaliados durante la guerra y la dictadura en Granada, en la madrugada del 18 de agosto de 1936. Los cuatro fueron enterrados sin sepultura. Las investigaciones llevadas a cabo por Ian Gibson para su libro El asesinato de Federico García Lorca señalan el lugar en el que podrían estar los restos, bajo un olivo, junto al barranco en el que hoy existe un parque memorial de todas las víctimas.