En una subasta que ha causado furor, el británico batió todo tipo de récords durante una jornada en la que el arte desafió a los mercados financieros, se derrumbados como un castillo de naipes.
Cuadros fabricados con alas de mariposas o moscas muertas, corazones de toro embalsamados, tiburones en formol y un ternero con cuernos y pezuñas de oro en una urna de cristal le representaron 198 millones de dólares. La subasta en la casa de subastas Sotheby's, en Londres, congregó, desde el lunes por la noche hasta el martes de tarde, a cientos de coleccionistas del mundo. "Hirst rompió el récord para obras de un solo artista, que tenía Picasso desde 1993, cuando 88 de sus obras recaudaron 20 millones de dólares", declaró Sotheby's.
''The Kingdom'' (El reino), un tiburón tigre preservado en formaldehído, se vendió por 17 millones de dólares en la primera sesión la noche del lunes. ''The Golden Calf'' (El becerro dorado), un emblemático becerro con pezuñas y cuernos de oro, fue adquirido por 18,5 millones.
''Fragments of Paradise'' (Fragmentos de paraíso), una confección de acero inoxidable, vidrio y diamantes manufacturados, se vendió por casi 9,4 millones, cinco veces más del precio estimado.
La confusión que envuelve a los mercados financieros, que han viven una de sus peores crisis en décadas, no logró empañar los precios. Además de embolsarse una cifra descomunal de dinero, Hirst, figura emblemática del arte conceptual, ganó su apuesta de reinventar las reglas del mercado del arte, al entregar sus obras directamente a la casa de subastas, saltándose la comisión de entre 30% a 40% que se hacen las galerías de arte. Con razón que Hirst - que durante la subasta de anoche estaba en el Soho Club, en el centro de Londres, según reportó la prensa británica -, exclamó, al conocer los resultados de la primera velada: "Amo el arte!". Y tiene razón: a sus 43 años, Hirst, que causó un revuelo con su primer tiburón embalsamado en formol, que cuelga ahora por un tiempo de las paredes del Museo Metropolitano en Nueva York, es el artista británico más rico, y seguramente uno de los más ricos del mundo.
"Los bancos caen, el arte triunfa", resumió al diario The Guardian Norman Rosenthal, el director de la Royal Academy of Arts.
Cuadros fabricados con alas de mariposas o moscas muertas, corazones de toro embalsamados, tiburones en formol y un ternero con cuernos y pezuñas de oro en una urna de cristal le representaron 198 millones de dólares. La subasta en la casa de subastas Sotheby's, en Londres, congregó, desde el lunes por la noche hasta el martes de tarde, a cientos de coleccionistas del mundo. "Hirst rompió el récord para obras de un solo artista, que tenía Picasso desde 1993, cuando 88 de sus obras recaudaron 20 millones de dólares", declaró Sotheby's.
''The Kingdom'' (El reino), un tiburón tigre preservado en formaldehído, se vendió por 17 millones de dólares en la primera sesión la noche del lunes. ''The Golden Calf'' (El becerro dorado), un emblemático becerro con pezuñas y cuernos de oro, fue adquirido por 18,5 millones.
''Fragments of Paradise'' (Fragmentos de paraíso), una confección de acero inoxidable, vidrio y diamantes manufacturados, se vendió por casi 9,4 millones, cinco veces más del precio estimado.
La confusión que envuelve a los mercados financieros, que han viven una de sus peores crisis en décadas, no logró empañar los precios. Además de embolsarse una cifra descomunal de dinero, Hirst, figura emblemática del arte conceptual, ganó su apuesta de reinventar las reglas del mercado del arte, al entregar sus obras directamente a la casa de subastas, saltándose la comisión de entre 30% a 40% que se hacen las galerías de arte. Con razón que Hirst - que durante la subasta de anoche estaba en el Soho Club, en el centro de Londres, según reportó la prensa británica -, exclamó, al conocer los resultados de la primera velada: "Amo el arte!". Y tiene razón: a sus 43 años, Hirst, que causó un revuelo con su primer tiburón embalsamado en formol, que cuelga ahora por un tiempo de las paredes del Museo Metropolitano en Nueva York, es el artista británico más rico, y seguramente uno de los más ricos del mundo.
"Los bancos caen, el arte triunfa", resumió al diario The Guardian Norman Rosenthal, el director de la Royal Academy of Arts.