Llegan noticias de donde nunca llegan: el heredero de Kim Il Song (¡abajo Kim Il Song!), Kim Jong Il (¡arriba Kim Jong Il!), a pesar de haber tomado el poder recién en 1994 a la muerte de su padre, ya era el encargado principal de la industria cinematográfica norcoreana desde 1978. Casi se podría decir que en Corea del Norte existe una “cinecracia”, donde el cine y el estado están tan unidos y confundidos en sus límites hasta el punto que Kim Jong Il debe mucho de su liderazgo y legitimidad como gobernante a su labor promoviendo la industria cinematográfica.
Su afición por el cine llega al punto de tener una colección personal de 15 000 películas (datos de 1986, pues como es sabido, en Corea están en 1986). Muchos de esos films no se estrenan en Corea del Norte por la censura imperante, pero en ocasiones sus argumentos son retomados y transformados para adaptarse a la ideología Juche (como una versión de Godzilla donde un dinosaurio pelea contra los señores feudales coreanos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario