De cuando en vez, los chicos malos y buenos de Hollywood juegan a ser los chicos buenos y malos de Hollywood y se inventan este tipo de comedias disparatadas desde donde disparan toda suerte de críticas a la mano que les da de comer, escena tras escena, película tras película. Y esas comedias disparatadas cuestan millones de dólares. Y los chicos malos y buenos de Hollywood se acuestan a dormir satisfechos. Después de comer perdices. Vano intento por cantar en español el mejor verso de Dylan: “The ghost of electricity howls in the bones of her face” (“El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro”), periodismo de escritorio, caspa narrativa, literatura para leer en los paraderos, radio pirata & portátil, discos rayados, consejos para llegar a La Nada, comentarios varios, digresiones en orden alfabético, abrazos, besos; el último que salga, que cierre la puerta y apague la luz.
domingo, 24 de mayo de 2009
Tropic thunder
De cuando en vez, los chicos malos y buenos de Hollywood juegan a ser los chicos buenos y malos de Hollywood y se inventan este tipo de comedias disparatadas desde donde disparan toda suerte de críticas a la mano que les da de comer, escena tras escena, película tras película. Y esas comedias disparatadas cuestan millones de dólares. Y los chicos malos y buenos de Hollywood se acuestan a dormir satisfechos. Después de comer perdices.