De cuando en vez, los chicos malos y buenos de Hollywood juegan a ser los chicos buenos y malos de Hollywood y se inventan este tipo de comedias disparatadas desde donde disparan toda suerte de críticas a la mano que les da de comer, escena tras escena, película tras película. Y esas comedias disparatadas cuestan millones de dólares. Y los chicos malos y buenos de Hollywood se acuestan a dormir satisfechos. Después de comer perdices.