(El periodista de la NBC, Giles S. Gianelloni, entrevista a Fidel Castro en Santa Clara, en esta fotografía del 6 de enero de 1959).
La carrera de Giles S. Gianelloni en la radiodifusión duró exactamente un día. Su primera y única noticia: una entrevista con Fidel Castro, cinco días después del triunfo de la revolución. "Empezó a hablar'', recuerda Gianelloni, "¡y no pude hacerlo callar!'' Gianelloni, que ahora tiene 88 años, está retirado y vive en Sarasota. Nacido en Louisiana, creció en La Habana porque su padre trabajaba en una empresa azucarera estadounidense.
En 1958 Gianelloni era un ejecutivo menor de Punta Alegre Sugar Corp. que pasó la víspera de Año Nuevo con sus amigos viendo despegar aviones del Campamento Militar de Columbia en las afueras de La Habana. A la mañana siguiente se enteró de que en esos aviones se habían marchado a República Dominicana el presidente Fulgencio Batista y sus aliados.
Gianelloni era piloto y por eso Ted Scott, periodista de NBC News, le pidió ayuda para encontrar a Castro. El líder rebelde estaba en Oriente, camino a La Habana en una caravana. Gianelloni llevó en avión el equipo a Santa Clara en busca de Castro, que recorría la isla con dirección a La Habana.
Después de aterrizar en Santa Clara tuvieron que viajar más de 160 kilómetros en un descapotable prestado tratando de encontrarlo. Acabaron llegando a un puesto militar donde la prensa internacional se había congregado para cubrir la ejecución de partidarios de Batista. Gianelloni recuerda que el legendario fotógrafo Robert Capa le puso en las manos una Leica y le dijo que tomara fotos.
"Las paredes estaban manchadas de sangre y agujereadas a la altura de los hombros'', recuerda Gianelloni. "Un sacerdote anunció que se iban a posponer las ejecuciones porque Fidel Castro estaba en camino. Todos los reporteros internacionales comenzaron a gritar: ‘!Sáquenlos! ¡Fusílenlos!' ¡Querían tomar las fotos [de las ejecuciones]!
"El sacerdote decía: ‘¡Estos hombres son inocentes!' ''
Castro no llegó hasta el día siguiente, el 6 de enero de 1959. Se presentó a sus seguidores en el Parque Central de Santa Clara.
"Le pregunté al camarógrafo: ‘¿Quién va a hacer la entrevista?' El me dijo: ‘¡Tú!' '', contó Gianelloni. "Eran un camarógrafo y un técnico de sonido que nunca habían salido de Nueva York''.
Le dieron un micrófono y lo empujaron a la plataforma junto a Castro, quien llevaba puestos dos relojes y un uniforme impecablemente planchado.
"Me imagino que quería saber bien qué hora era'', dijo Gianelloni. "Recuerdo haberme preguntado quién le lavaría y plancharía la ropa en medio de una zona de guerra''.
En eso alguien hizo un disparo. Todo el mundo se arrojó al suelo. Excepto Castro.
"Ni siquiera parpadeó'', dijo Gianelloni. "Fue algo realmente extraordinario''.
Gianelloni le preguntó a Castro qué podía hacer Estados Unidos para mejorar las relaciones con Cuba. Entonces Castro comenzó a hablar, y no paró.
"Comenzó a hablar en inglés y no podía pararlo'', dijo. "El camarógrafo me hacía señas de que se le había acabado la película''.
El equipo regresó por avión de inmediato a La Habana para poder entregar la entrevista. El libro Diario de la revolución cubana, del líder rebelde Carlos Franqui, publicado en 1976, afirma que The Chicago Tribune fue el diario que hizo la primera entrevista a Castro tras la victoria del primero de enero.
Gianelloni se quedó en Cuba hasta noviembre de 1960, tres meses después que nacionalizaron la empresa azucarera. Nunca le pagaron la entrevista y dice que se pasó años pidiendo a los productores que por lo menos le dieran una copia de la cinta, que nunca recibió.
"Esa es una de las razones por las que hasta el día de hoy nunca veo NBC''.
La carrera de Giles S. Gianelloni en la radiodifusión duró exactamente un día. Su primera y única noticia: una entrevista con Fidel Castro, cinco días después del triunfo de la revolución. "Empezó a hablar'', recuerda Gianelloni, "¡y no pude hacerlo callar!'' Gianelloni, que ahora tiene 88 años, está retirado y vive en Sarasota. Nacido en Louisiana, creció en La Habana porque su padre trabajaba en una empresa azucarera estadounidense.
En 1958 Gianelloni era un ejecutivo menor de Punta Alegre Sugar Corp. que pasó la víspera de Año Nuevo con sus amigos viendo despegar aviones del Campamento Militar de Columbia en las afueras de La Habana. A la mañana siguiente se enteró de que en esos aviones se habían marchado a República Dominicana el presidente Fulgencio Batista y sus aliados.
Gianelloni era piloto y por eso Ted Scott, periodista de NBC News, le pidió ayuda para encontrar a Castro. El líder rebelde estaba en Oriente, camino a La Habana en una caravana. Gianelloni llevó en avión el equipo a Santa Clara en busca de Castro, que recorría la isla con dirección a La Habana.
Después de aterrizar en Santa Clara tuvieron que viajar más de 160 kilómetros en un descapotable prestado tratando de encontrarlo. Acabaron llegando a un puesto militar donde la prensa internacional se había congregado para cubrir la ejecución de partidarios de Batista. Gianelloni recuerda que el legendario fotógrafo Robert Capa le puso en las manos una Leica y le dijo que tomara fotos.
"Las paredes estaban manchadas de sangre y agujereadas a la altura de los hombros'', recuerda Gianelloni. "Un sacerdote anunció que se iban a posponer las ejecuciones porque Fidel Castro estaba en camino. Todos los reporteros internacionales comenzaron a gritar: ‘!Sáquenlos! ¡Fusílenlos!' ¡Querían tomar las fotos [de las ejecuciones]!
"El sacerdote decía: ‘¡Estos hombres son inocentes!' ''
Castro no llegó hasta el día siguiente, el 6 de enero de 1959. Se presentó a sus seguidores en el Parque Central de Santa Clara.
"Le pregunté al camarógrafo: ‘¿Quién va a hacer la entrevista?' El me dijo: ‘¡Tú!' '', contó Gianelloni. "Eran un camarógrafo y un técnico de sonido que nunca habían salido de Nueva York''.
Le dieron un micrófono y lo empujaron a la plataforma junto a Castro, quien llevaba puestos dos relojes y un uniforme impecablemente planchado.
"Me imagino que quería saber bien qué hora era'', dijo Gianelloni. "Recuerdo haberme preguntado quién le lavaría y plancharía la ropa en medio de una zona de guerra''.
En eso alguien hizo un disparo. Todo el mundo se arrojó al suelo. Excepto Castro.
"Ni siquiera parpadeó'', dijo Gianelloni. "Fue algo realmente extraordinario''.
Gianelloni le preguntó a Castro qué podía hacer Estados Unidos para mejorar las relaciones con Cuba. Entonces Castro comenzó a hablar, y no paró.
"Comenzó a hablar en inglés y no podía pararlo'', dijo. "El camarógrafo me hacía señas de que se le había acabado la película''.
El equipo regresó por avión de inmediato a La Habana para poder entregar la entrevista. El libro Diario de la revolución cubana, del líder rebelde Carlos Franqui, publicado en 1976, afirma que The Chicago Tribune fue el diario que hizo la primera entrevista a Castro tras la victoria del primero de enero.
Gianelloni se quedó en Cuba hasta noviembre de 1960, tres meses después que nacionalizaron la empresa azucarera. Nunca le pagaron la entrevista y dice que se pasó años pidiendo a los productores que por lo menos le dieran una copia de la cinta, que nunca recibió.
"Esa es una de las razones por las que hasta el día de hoy nunca veo NBC''.