Colombia fue consagrada, de nuevo, al Sagrado Corazón de Jesús (que se hace cada año desde 1902) y, por primera vez, al Inmaculado Corazón de María. El cardenal Rubiano dijo que "si en 1902 se consagró el Sagrado Corazón de Jesús para ponerle fin a la Guerra de los Mil Días, en esta ocasión la Virgen se encargará de ayudar a liberar a todos los secuestrados, de llamar a su redil a la guerrilla y a los grupos paramilitares, y de acabar con la corrupción política y la violencia". Y también de terminar con el paro judicial que, según el Cardenal, está haciendo mucho daño.