Vano intento por cantar en español el mejor verso de Dylan: “The ghost of electricity howls in the bones of her face” (“El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro”), periodismo de escritorio, caspa narrativa, literatura para leer en los paraderos, radio pirata & portátil, discos rayados, consejos para llegar a La Nada, comentarios varios, digresiones en orden alfabético, abrazos, besos; el último que salga, que cierre la puerta y apague la luz.
lunes, 7 de abril de 2008
Juguemos a que yo me inyectaba
Keith Richards, 64 años: "Una vez habías aterrizado, había que juntar todas las piezas. Recuerdo una vez que estaba hospedado en el hotel Plaza de Nueva York. Había pasado la aguja como si fuera una aguja de coser, para fijar la pluma a mi sombredo. Pero no iba a volar con la jeringuilla entera. Así que mi truco fue pedir un café porque para pincharse se necesita una cuchara, ¿no? Después fui a la tienda de juguetes FAO Schwarz, justo al otro lado de la calle. En la tercera planta, hay esos juegos de médicos para niños. Cogí la jeringuilla de juguete y le puse la aguja. Listo".