Fueron dos de los rebeldes más creativos del Nueva York mítico de los setenta. Compartieron inquietudes, fiestas, drogas y probablemente incluso amantes, puesto que tanto a él como a ella les gustaba caminar por el lado salvaje de la vida. Pero desde la década de los noventa, el músico Lou Reed y la artista Laurie Anderson compartían amor y existencia en un espectacular apartamento con vistas al río Hudson, en el extremo oeste de la calle Canal, en Nueva York. Siendo adalides de la modernidad, no debía de resultar apropiado casarse. Pero el tiempo pasa y quién sabe, quizá a ellos también les apetecía sellar su eterno idilio de una manera oficial. La cuestión es que el pasado 12 de abril, Anderson, de 60 años y Reed, de 66, decidieron pronunciar el "sí, quiero" en una ceremonia secreta celebrada en el Estado de Colorado, según The New York Post. En una entrevista reciente con este diario, Laurie Anderson definió a Lou Reed como "mi mejor amigo". Se conocieron en la época en que el Soho de Nueva York era el epicentro de la cultura underground de la ciudad y en la que músicos como Reed compartían proyectos con artistas tan dispares como Richard Serra, Jasper Jones o John Cage.