-Sos feliz?
La pregunta, más cursi que obvia, lo desacomoda por un instante. Arma la guardia y el español "recoleto, antiguo y decadente" como Praga cuenta: "Una vez Rimbaud le preguntó eso mismo a un amigo. El amigo respondió que sí, que era feliz. Rimbaud le dijo: 'Oye... ¿cómo has podido caer tan bajo?'.
La pregunta, más cursi que obvia, lo desacomoda por un instante. Arma la guardia y el español "recoleto, antiguo y decadente" como Praga cuenta: "Una vez Rimbaud le preguntó eso mismo a un amigo. El amigo respondió que sí, que era feliz. Rimbaud le dijo: 'Oye... ¿cómo has podido caer tan bajo?'.