Hace años, cuando Robert De Niro era Travis, quería limpiar la escoria de Nueva York; ahora De Niro es Turk, no ya un vengador taxista insomne sino el perfecto policía, el auténtico tirofijo. Pues bien, ahora Rooster, (Al Pacino), su mejor amigo, quiere ser como Tom Turk (De Niro) y no lo logra pues sabido es que De Niro es De Niro y puede limpiar la escoria de Nueva York cuantas veces quiera. Una última cosa: Pacino funge aquí de poeta y justiciero y lo matan. Al policía policía, lo premian. Al policía poeta, lo matan.
Lo dicho: no hay justicia poética en este mundo.