“El dinero que mueve esta industria es desproporcionada. Y la admiración que se nos prodiga a los actores también está fuera de toda perspectiva. Los médicos son las verdaderas estrellas de nuestra sociedad; gente como mi abuelo, que fue uno de los responsables de que haya seguridad social en Canadá, así como los maestros, los bomberos y los oficiales de policía”.