Premiado en Cannes, Nuri Bilge Ceylan, el director de esta película, es una de las más gratas sorpresas cinematográficas de los últimos años. Este melodrama -exquisito visualmente hablando- que le debe tanto a James M. Cain como a Juan Rulfo, es uno de esos relatos que siguen dando vuelta en nuestras mentes, aun meses después de verlo. Eyup, el padre, Ismail, el hijo, y Hacer, la madre, son un rencor vivo (para citar la expresión rulfiana) pero son también el dolor, la vida que se desintegra y toda la culpa del mundo que no la lava toda la lluvia del mundo. Vano intento por cantar en español el mejor verso de Dylan: “The ghost of electricity howls in the bones of her face” (“El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro”), periodismo de escritorio, caspa narrativa, literatura para leer en los paraderos, radio pirata & portátil, discos rayados, consejos para llegar a La Nada, comentarios varios, digresiones en orden alfabético, abrazos, besos; el último que salga, que cierre la puerta y apague la luz.
lunes, 10 de agosto de 2009
Three monkeys
Premiado en Cannes, Nuri Bilge Ceylan, el director de esta película, es una de las más gratas sorpresas cinematográficas de los últimos años. Este melodrama -exquisito visualmente hablando- que le debe tanto a James M. Cain como a Juan Rulfo, es uno de esos relatos que siguen dando vuelta en nuestras mentes, aun meses después de verlo. Eyup, el padre, Ismail, el hijo, y Hacer, la madre, son un rencor vivo (para citar la expresión rulfiana) pero son también el dolor, la vida que se desintegra y toda la culpa del mundo que no la lava toda la lluvia del mundo.