A Jairo Guzmán
En la aurora
Caen los dioses
Arrodillados ante el vacío mar de niebla
De nuestros acontecimientos de corta duración
Entonces
Nos miramos en el lago
Atrás en el solar
Y nos volvemos eco
Enamorados
Violeta en mitad de la noche
Resplandeciente como una luciérnaga de sal
Saludamos el incendio
Donde Gaitán Durán y yo
Húmedos
Nos internamos en el infierno de la poesía
Somos una mancha blanca
Donde el horizonte dibuja esferas inexistentes
Somos un coro de ahorcados
Donde Guzmán se torna súperhombre
Intempestivo en la tempestad del no-mundo
Somos asomos de ser
Asomos de lumbre
Asomos de cal
Somos los invencibles
En las ruinas de un cementerio victoriano
Somos indestronables
Cansados como agujas en la coyuntura
Exhaustos como panópticos ciegos
En la aurora